Medir centímetros de menos

Hoy mientras venía caminando pensaba...cómo me gustaría volver a decir que de postre quiero "bátata", dormir siestas incomensurables y que mi preocupación solo sea repetir con énfasis cómo hace la vaca y el perro. Quiero que me entre la "peteia rosa" y jugar en el bidet con las muñecas despedazadas por cortes de pelo exóticos. Cortarme el flequillo sola sin que me importe el qué dirán. Escribir las paredes cuando no me alcanza el papel y dibujar los libros con los resaltadores que me sobran de la facultad. Dormirme en cualquier lado y que me pasen desapecibidas las voces de los invasores de sueños, roncar al lado del motor de la heladera y disfrutar de los avioncitos que llevan el delivery de puré de zapallo directamente a la boca. Que las expectativas de un sábado sean ganar sortijas de la calesita del Parque Lezama, que mis pulmones se sientan expulsados por cada pedaleo en la bici roja de Mila. Meterme en las fotos que muestran tortas enormes con cabeza de payaso diseñanadas exclusivamente para la ocasión, sentarme en la sillita que llevaba mi nombre y que los pies apenas toquen el suelo. Que mamá cocine milanesas a la napolitana y que papá nos llame para contarnos una nueva versión sobre las aventuras de la " bruja piti piti". Que al domingo no se lo lleve el lunes sino los simpsons hasta las ocho ( porque " mañana hay que levantarse sin drama"). Que Tinelli sea el que conducía los bloopers y que la verdadera novela fuera la que componiamos con Pali entre repasadores y sogas, subidos a la cornisa blanca de la casa de Mar del Sur. Qué lindo que Mili encontrara sus "sojotas" y que tito le echara la culpa a "uve" por haberlas perdido.