martes, 17 de agosto de 2010

De qué hablamos cuando hablamos de Integración?

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Para hablar de integración es relevante arrancar por la caridad doméstica, esa que empieza por casa. El gran dilema de las ciudades globales, dice Coraggio, es justamente la interconexión exacerbada con otras megalópolis en desmedro de una correcta articulación entre las partes que las componen en su interior. Hablar de integración nos obliga a pensar primero en el circuito comunicacional que subyace a lo largo y ancho de un país. Nos lleva a introducirnos en un ajuste de criterios que unifiquen los hilos de la política y economía que piensan sostenerlo. Hablar de integración nos debe prometer dilucidar las voces del ventrílocuo y ver mas allá de la realidad que se esboza.

Pensar en términos políticos una integración macro, es partir de la unidad mas acabada: el actor social. El ejercicio de gobierno hace conciente la capacidad de moldear un prototipo de sujeto gobernado. Es un acto de retroalimentación en el que se encauza el continuum de un país.

Desde el primer plan quinquenal de Perón, los actores sociales se consagran como sujetos activos, se alistan como defensores de sus derechos, se organizan y se esfuerzan por mejorar sus condiciones de existencia. Se promueve desde el gobierno la idea de sujeto capaz de gozar de necesidades no solventes, de trascender los lugares que el capital nunca estará dispuesto a cubrir. Ahora bien, esa centralidad del sujeto en la escena política se borra con el codo en la ultima dictadura militar. Se abre camino a una mirada novedosa hacia los sujetos. Miopía social que se encarga de quebrar y estigmatizar las subjetividades progresistas. El plan de erradicación de villas llevado a cabo en 1976, aporta una prueba fehaciente a esta ruptura. Se insto a una propaganda masiva que procuró defenestrar a la población habitante de las villas y trasladarlas a la fotografía de “vagos, improductivos, delincuentes, astutos, pasivos y ventajeros”. Lejos quedaba aquella imagen de sujeto reivindicador y se acercaba aun mas la percepción que los desprendía del todo calificándolos colectivamente como subjetividades caprichosas y demandantes de incoherencias.

De un tiempo a esta parte, una de las labores mas destacadas del gobierno vigente es la reconstrucción del sujeto activo. La devolución de sus características intrínsecas, de sus derechos de hecho. La asignación universal por hijo da cuenta de la superación de la diáspora batida en las ultimas décadas. Es la síntesis que recupera al actor social conjugado como sujeto capaz de elegir mejorar su calidad de vida. Es permitir hablar de una base sustentable sobre las cual los sujetos pueden dar inicio a su carrera. Es el dialogo retroactivo en el intercambio cotidiano entre el gobierno y los gobernados. Es la cristalización de la verdadera integración, la distribución equitativa y el aumento de instruidos.

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